A pesar de lo que pueda parecer por el título del post no voy
a hablaros de comida, voy a contaros algunas cositas de los cepillos de
dientes.
Para las bocas sanas, sin problemas, tenemos los cepillos
“normales”. Son los que usamos en nuestra higiene bucal diaria. Podemos
diferenciarlos por la dureza de sus cerdas, pueden ser suaves, medios o duros.
No es recomendable utilizar cepillos muy duros porque pueden dañar nuestras
encías, por lo demás es cuestión de gustos. También es importante fijarnos en
el mango, debe tener la flexibilidad justa para que al cepillarnos los dientes
apliquemos la presión adecuada.
En unas jornadas de salud bucodental nos enseñaron unas fotos
para explicarnos la diferencia entre los cepillos de supermercado y los de las
farmacias. Me parecieron muy gráficas y eran algo como esto:
La primera es de un cepillo de marca blanca y la segunda de
uno de una marca de farmacia. Como veis en el primero las cerdas tienen un
borde con formas irregulares mientas que los segundos tienen el borde
perfectamente redondeado. Esto es importante porque si utilizamos cepillos de
baja calidad éstos pueden causar micro roturas en los dientes donde pueden
quedar alojadas bacterias y favorecer así la formación de caries.
Hay cepillos con cabezales más pequeños para llegar mejor a las zonas más difíciles como las muelas del juicio sobre todo cuando estén en proceso eruptivo o piezas que no estén en su sitio.
Para los más peques mientras no pueden lavarse ellos solitos
los dientes tenemos este cepillo muy fácil de utilizar. Además de ser cómodo
tiene las cerdas muy blanditas para no dañar las encías de los niños.
Gracias por la visita ;)